La primera aparición televisiva de Oasis
quizás fue una más dentro de las miles de presentaciones que una banda de rock
ha dado. No sólo mirando tan atrás sino que también en ese período en Gran
Betraña, en lo que estamos llamando britpop. Son muchas, está de más decir.
Pero el archivo, el registro, que a nosotros se nos aparece en este momento nos
devela todo el devenir que ha tenido la banda, lo que significa o significó en
esos años. Oasis produjo una
ruptura, tan fuerte quizás a como lo hizo Nirvana
en Estados Unidos unos pocos años antes, o por qué no, compararla con la
irrupción de los Sex Pistols en el
año 77. Podríamos objetar que lo de Nirvana no fue tan así, entendiendo que
ellos sólo llevaron al mainstream aquellos sonidos más under que se produjeron
con bandas como Pixies o Sonic Youth y que Nirvana y el grunge o la generación x, fueron actualizaciones más
masivas de esos movimientos – en teoría – más minoritarios. En el caso de Oasis podría ser similar, no fueron
sino la vuelta masiva de cierto sonido de fines de los 80, de los cuales The Stone Roses y la movida de
Manchester ya habían producido. Acá, al igual que con Nirvana se podría pensar sólo como una captura de la Industria del rock, o
también desde la televisión y su
espectacularidad inherente.
Todo eso puede ser cierto, pero es indudable que Oasis excedió lo que es una banda de rock, digamos de varias, de
las más normales, de esas que pueden hacer música brillante, discos
alucinantes, o tener un guitarrista de la puta madre, o etc., etc. La cosa es
que Oasis aparece, quiebra la
escena, interrumpe con “Supersonic” todo lo que existía a nivel de cultural
juvenil en Britania. Musicalmente ya existía Suede, existía Blur (y
como una banda ya consolidada), Pulp
existía hace muchos años, entre otras.
Pero tuvo que salir este temita, que sinceramente no es la gran cosa, es una
canción bien tradicional, pero la actitud que expresa, cada palabra que Liam
Gallaguer pronuncia en el tema está cuidada o descuidada para que suene
provocativo, instigador, y digámoslo, con una subversión tremenda, que no sería
para nada idealista sino absolutamente concreta. Es una canción, un single,
circula y circula, en la radio, en la televisión, en los diarios, en la
publicidad toda, en las revistas, en las conversaciones en el pasillo de un
colegio secundario, en los pasillos de una Universidad, en la esquina del
barrio, en la discoteque, en el hogar de la familia moderna o hasta en el acto
sexual de una pareja. Poco se ha escrito sobre la importancia de la canción en
la sociedad de la segunda mitad del siglo XX. Muy poco también sobre la
importancia de la música popular completa, en cómo modeló subjetividades, pero
no sólo subjetividades sino que grandas manadas, bandadas, tribus, sectas y
espacios de des-subjetivización. El rock se encargó de politizar nuestras
vidas, muchos de nosotros no nos politizamos en una junta comunal o vecinal, ni
menos al alero de un partido político que pudiera representar nuestras idea.
Nosotros nos politizamos escuchando música, pero no sólo escuchándola sino que
experimentándola, en todos esos grandes segmentos o estratos, experimentábamos
que la zona de respiro, de fuga, estaba en “Anarchy in the UK” o en “Smell Like
Teen Spirit”. Digo todo esto porque “Supersonic” y Oasis marcan una ruptura,
que mucho no se ha dicho, porque luego del quiebre, de su misma irrupción, el
estatus que logra la banda excede constantemente – hasta el 99 por ahí, en mi
opinión – el ámbito puramente musical.
El britpop fue el britpop cuando Oasis
aparece, quebrándolo todo, el año 94. Lo que hasta ahí habían sido bandas que
de a poco se hacían populares y estaban cambiando el panorama musical en
Britania, con Oasis la cosa se hizo
movimiento, proliferación de una manada, de tipos, de bandas, de slogans, de canciones,
videos, fiestas, etc., etc., etc., que producen una nueva forma de moverse o de
habitar. ¿Pero qué pasaba realmente? Cuando un movimiento prolifera es
capturado, codificado, como siempre ha ocurrido en la historia del rock. En
donde existen líneas de profundas desterritorializaciones, descodificaciones,
fugas, miles de fugas y grandes subversiones, son capturadas a su vez, en una
tensión inmanente a lo que significa el rock. La prensa británica y así el
mercado al cual pertenecen necesitaban algo nuevo, un plus, otro más, algo más
de valor, en la lucha – de naciones que se pelean la Industria del rock pero
también viceversa – entre la prensa británica y la americana (norteamericana,
gringa). La industria televisiva a su vez también, los 90 son el momento en
cual el mercado del espectáculo adquiere mucha más notoriedad, ya que se
globaliza totalmente, y se vuelve una especie de otro imperio más
transnacional. Los Oasis ante esto
fueron sin más, la bandita de pibes de barrio, un poco delincuentes, un poco
estúpidos, bastante ignorantes (no venían de una formación universitaria como Blur o Radiohead por ejemplo) y algo atarantados. Son los tipos perfectos
para ocupar el sitial de la banda que comandará la invasión británica del rock.
Lo de Oasis no fue apabullante,
fue casi demencial, si hay bandas que han hecho millones en pocos años, Oasis está en el podio. La presentación
de Be
Here Now en Manchester es una imagen muy clara que refleja todo ese
momento, del estrellato máximo de la banda. En donde el estadio atiborrado,
convivían no sólo los tipos más jóvenes que consumen rock sino que familias y
niños en los brazos del papá viendo el espectáculo. La popularidad de la banda
era desorbitante por esos años. Pero la banda tenía algo de mesiánico, en ella
convivían todas las épocas del rock, en una sola banda. Podían hacer un tema
como “Don’t Look Back In Anger”, que uno puede pensar que existe plagio de las
notas más populares de la historia del rock (“Imagine” de Lennon), pero no se trata de eso, es de hacer canciones que uno se
las encuentra, pensando que siempre existieron, que siempre estuvieron ahí para
que alguien las hiciera canción. La banda de muy mala manera se le condenó como
imitadora (o plagiadora) de The Beatles.
Realmente si uno va a los discos, sobre todo al primero, la influencia de The Beatles no se percibe en absoluto,
salvo como referencia obvia al ser una banda británica pero la influencia en
ese disco está más en lo que describíamos más arriba en el sonido del rock
inglés que no alcanzó a ser masivo, como el The Stone Roses o el shoegaze. En Morning Glory si se
podría percibir algo de los Beatles, porque es un disco de sonido más clásico,
pero también de otras bandas como The
Kinks o The Who, o en definitiva,
de la enorme tradición de la canción inglesa. Cosa que las bandas
contemporáneas a ellos hacían. Lo que sí es que la estética Beatles fue fusionada con una actitud
completamente punk, no sólo en lo musical convivían toda la historia del rock,
sino que ellos fuera del disco de estudio, en sus presentaciones, entrevistas a
los diarios, apariciones televisivas, etc., en su actitud también estaba
inscrita toda la historia del rock: la arrogancia, la desfachatez, la
irreverencia, de pendejos que de un día para otro, desde la calle son millonarios,
sólo por tocar música.
Por factores que siempre son externos a la misma música, la banda en
unos años dejó de ser la bomba de sensaciones que fue a mediados de la década,
algunos dicen que Be Here Now no fue un buen disco, yo lo sigo encontrando bien
bueno, un poco abajo que Morning Glory, en mi opinión pasa
que ya la industria no los acogía, comenzaron a desaparecer de las revistas, de
los diarios, de la prensa en general. O también, esa generación que los acogió
creció y su acercamiento con la música se modificó. Cuando Oasis lanza el año 2000 Standing On The Shoulder Of Giants todo
ya era muy distinto. Parece que Oasis
es una banda nueva, uno podría leer la historia de Oasis así, es decir, como una banda que tuvo una irrupción potente,
muy punk pero que duró a lo más cuatro años. Y se entiende que luego la banda
tiene un declive, pero realmente fue como si hubiesen empezado de nuevo. La ida
de Paul Arthurs y Paul McGuigan, un poco antes de grabar el disco, fue como un
recomenzar, lo grabaron siendo un trío, es casi un disco de Noel y Liam solos,
la posterior llegada de Andy Bell y Gem Archer consolidarían ya a otra banda,
muy lejana a la de los 90, en donde se dedicaron mucho más a producir música y
hacer giras. Adquieren una madurez total, en todos los planos, tanto es así que
Noel ya no es lo único que compone, se abre el espectro musical de Oasis y al parecer suenan como una
banda más allá del liderazgo de Noel o de los hermanos Gallagher. En la banda
están los ecos de toda la historia del rock, es increíble ver como con Archer y
Bell la banda alcanza una solidez escenica que en los 90 no tuvo. La actitud de
esos dos tipos más su calidad como músicos y compositores hace de Oasis en esta década la mejor banda que
vimos vario de nosotros, sin necesidad de que la prensa o la MTV, ni ellos mismo, lo
dijeran.
Por ahí Oasis si se separan
el 98 o se muere Liam o Noel se mirarían desde ahora desde un prisma totalmente
distinto. No se logra aún ver cuál fue la ruptura de la banda, que fue profunda
y marcó un precedente. De hecho podríamos decir que Oasis inaugura el revival, el rock retro que ha inundado el mercado
del rock desde mediados de los 90 hasta ahora, todo lo que en los 2000 fue con The Strokes, The Libertines, Franz
Ferdinand o Arctic Monkeys. Sin Oasis todas esas bandas no existirían o
quizás sí, pero el camino lo despejó Oasis, no sólo comandaron eso que estamos
llamando britpop, sino que cambiaron el destino del rock. Lo re definieron de
cierta manera. Si ves a Liam empinarse para ponerse a cantar con su pandero y a
Noel hacer un riff con esa actitud de arrogancia extrema, esa suma, ya es una
gran definición de rock.
*Artículo publicado en el especial de Brit Pop de la Revista Spazz en el invierno del 2010