Pedro Messone (1934 - 2023)

Lo impopular de lo popular

 


 

     Lo impopular de lo popular, se llamaría reivindicar a Pedro Messone, un día como hoy, en que fallece. Para uno, que creció con la imagen sonora de Messone aludido en el inicio del icónico disco noventero Peor es mascar lauchas de los Chancho en piedra, es parte de un folclor de infancia, asociado a los años 80 o, en otras palabras, a la Dictadura.  Eso es Messone, un “rostro” de la Dictadura, cancelado por varios coetáneos, entre ellos alguien como Patricio Manns, que el día de hoy ha sido viralizado como alguien que justamente “canceló” a Messone. Los motivos son varios: por sapo, facho y maricón, en su opinión. A Manns no habría cómo no entenderlo, donde incluso se ufana de que él le dio uno de los grandes éxitos que interpretó el cantante: “Bandido”. Canción que fue un hit durante el año 64 y que cantó junto a Los 4 Cuartos. Si bien nunca Messone compuso, como intérprete no fue uno más. Es una de las voces más características de la música chilena no solo porque esa voz pareciera ser sinónimo de “folclore” en Chile, sino porque justamente modernizó aquello que se decía folclore. O ayudó a lograrlo. Porque obvio que no iba solo en la manada, la de los hermanos Parra y Violeta, Rolando Alarcón, Patricio Manns y Víctor Jara, pero también Chino Urquidi (arreglador y productor de Los 4 cuartos, banda que lideraba vocalmente Messone) o Paz Undurraga. Iban todos en el mismo carro y la separación ocurre a fines de los 60 por la definición política que debía ocurrir en aquel momento. Messone tomó posición, la posición de no tomarla. 

  

Párrafo aparte es El Solitario, que sin duda es uno de los mejores discos grabados en este país. No solo por el nivel de producción, bastante bueno para la época, sino porque es un compendio de grandes canciones de los años 60’ (entre ellas "El cigarrito" de Jara, publicada ahí antes de que saliera por su propia versión), además por la voz de Messone y lo moderno en general de los arreglos. El neofolclore se trató menos de hacer nuevo folclore que más bien llevarlo al terreno del pop de los sesenta. Los arreglos vocales de Urquidi, en gran parte de los temas que interpretó Messone, pero también en cómo, en su calidad de arreglador y productor, modificó totalmente la música chilena, no sólo tenían la impronta de los cuartetos afros de los cincuenta sino también la influencia de las bandas argentinas neofolcloricas de esos mismos años. Urquidi tuvo la visión, junto con Messone a mi parecer, de formular una traducción situada de todo un dato internacional, al tener elementos del pop más contemporáneo, como por ejemplo de Los Beach Boys. Es una música moderna mirada en perspectiva. Constituye algo que Gepe hizo en los 2000, llevar el llamado indie al folclore. Es el mismo gesto, y existe en la música que hizo Messone, un vaso comunicante hacia esa dirección que es injusto no valorar.

El motivo es que la música no puede tener un barómetro moral para su crítica ni su lectura. Es más, la música va en un carril distinto a las vidas privadas, domésticas, incluso públicas, de sus interpretes y compositores. Común es que los creadores digan que la música ya expuesta no es de su propiedad. Independiente del copyright. No son ellos los que están ahí, es la música. Messone, y su voz constituye parte fundamental de la gran música popular chilena de los años 60 del siglo pasado, es independiente del señor Pedro Messone, aquel que apoyó un golpe de Estado y aquel que militó incluso en la derecha política. A ese señor no lo honramos hoy, a su música (porque es suya) la honraremos siempre, sobre todo aquella que alguien como Violeta Parra estimó.